No puedo explicar la sensación que me produce este grabado japonés. Obsérvenlo con cuidado, las personas que vivan cerca del mar abierto y hayan visto el poder de una ola (incluso de una mucho más pequeña que las que se muestran) entenderá a que me refiero. Es como si le hubieran dado pausa en el momento en que ocurre un asesinato en una película de terror. Compadezco a los tipos en las lanchas.
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